Hay un vínculo muy estrecho en el mundo actual entre el dinero y el poder. Ahora bien, ¿el poder de qué?.
Alguna vez leí un consejo que daba un padre a su hijo y le decía algo como: “de vez en vez, saca un billete de tu cartera, mirándolo atentamente dí, este billete es mío. De esta manera dejarás en claro quien de los dos es el dueño".
Las personas parecieran haber perdido, luego de tanto tiempo, el verdadero sentido de la existencia del dinero que ha dejado de ser un medio para convertirse en un fin.
Una noche caminábamos con mi sobrina de nueve años a quien le habían regalado para su cumpleaños un billete de cincuenta. Me sorprendió cuando me dijo: “me gustaría tener un billete de cien”.
Yo, que sabía que ella no tenía demasiada idea del dinero, le pregunté para qué lo quería. Y no me sorprendió con la respuesta, sólo dijo, “para tener uno”.
Así aproveché la oportunidad y le hice este planteo:
Imagina que en este momento comienzas a sentir hambre, tienes tu billete de cien pero no hay nadie que te lo cambie por comida, ¿qué haces?.
Y respondió, “ni siquiera lo puedo comer porque es tóxico”.
Ese es el valor que tiene el dinero. Ninguno. El dinero sólo vale cuando puedes cambiarlo por algo. El valor está en las personas, lo importante son las personas, es a ellas a las que tienes que valorar por sobre tu dinero.