¿Cuánto tiempo de la vida se vive de suposiciones?.
Las suposiciones son una constante en la vida de las personas que ya prácticamente no conocen o conocen poco de lo real.
Pasan tanto tiempo creando mundos en sus mentes a partir de pre-conceptos e ideas pre-concebidas, que luego todo lo adaptan a su propio mundo de fantasía.
Todo lo que escuchan y ven en su entorno es filtrado no dejando pasar nada que no se adapte a sus propias suposiciones e ideas.
Así es como viven en un mundo totalmente falso.
No le dan chance a lo nuevo, original o verdadero, sino que prefieren suponer sin dejar lugar a dudas.
“Esta persona no me quiere, me doy cuenta”, “seguramente me quiere embaucar”, “me miró porque tiene intenciones conmigo”, “se viste de esa manera porque es un delincuente”, “si lee ese tipo de libros y escucha esa música es una persona compatible conmigo”, “seguro que le molesta que no le presten atención”, “me envidia”, “si se sacrifica por mí es que me ama”, “si no habla conmigo es porque está enfadado/a”, “si me fue mal antes me irá mal nuevamente”, "vivo mejor y soy más feliz que otros que no tienen bienes o familia", etc, etc.
Así se conforma el mundo interior que se refleja en el proceder, sentir y pensar de la persona.
¿Cuál es el valor de pre-suponer, de adelantarse a lo real y moldearlo al parecer?.
Creer firmemente en ideas y prejuicios sólo sirve para nunca conocer verdaderamente nada ni a nadie, y peor, nunca llegar a amar.
Es tan habitual la costumbre de suponer y tener todo visto de antemano, que ya no se puede discernir de cuando se trata de algo falso e imaginado a cuando es algo verdadero.
Hasta que no se reconozca que suponer y pre-suponer son un tipo de estadística mental que selecciona en forma sesgada entre un abanico inmenso de posibilidades que poco tienen que ver con lo real, y que este mecanismo está pre-cursado por el miedo a lo desconocido, no habrá posibilidad de que la persona experimente la vida auténticamente y sin limitaciones.
Si antes de suponer se propusiese sinceramente conocer, sentir, y ya no darle poder al miedo que sólo trae inseguridad y malestar, emergerían nuevas posibilidades y con éstas un mayor entendimiento libre de prejuicios.
Aunque hay quienes dicen que sentir miedo es una buena señal, la realidad es que los mecanismos de defensa del ego están siendo activados por alguna situación que lo está amenazando. Y en definitiva, es el ego, una construcción mental que desde el inconsciente pretende sostenerse a toda costa.
El miedo es el instrumento del cual se vale el ego para sostenerse y la suposición es el fantasma que el ego proyecta brindando la falsa seguridad de modo que el miedo se vuelva imperceptible.
Así la persona supone ser lo que el ego le dicta y supone vivir en el mundo que el ego le muestra.
La persona que define dejar de suponer experimenta un alivio mental que la rejuvenece siglos.
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