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Mi bondad te condena.


El adoctrinamiento moral de las personas con fines sociales ha conseguido imponerse con gran éxito.

No hubo persona que haya escapado a los clásicos lineamientos del deber ser buenos. Porque el "ser buenos" es bueno naturalmente.

¿Por qué "ser bueno" es bueno?.
No sabría responder cuál es el beneficio de "ser bueno" en un sentido moral, pero si podría decir que hay una cierta tendencia a pensar que es una ventaja a nivel social.

El ser bueno moral o social significa que no se está procediendo de manera espontánea o natural, según el sentir, sino que interviene el razonamiento lógico que evalúa por bien o por mal según diferentes variables configuradas en la mente por: educación,  alienación, adoctrinamiento, cultura, etc.

En este proceso la mente suele hacer una estadística propia de cuántas veces se fue bueno en comparación con otros y luego de obtener los resultados, los que suelen ser algo tendenciosos, se resuelve hacer uso de ese cúmulo de bondades en contra de aquellos a los que se considera no tan bondadosos.


Erudición, atributo condenatorio.

Estás mirando una flor. Mira la flor, siente su belleza, pero no emplees la palabra belleza, ni incluso mentalmente. Contémplala, déjala que sea absorbida en ti, sumérgete profundamente en ella, pero no emplees palabras. Siente su belleza, pero no digas "Es hermosa"; ni incluso mentalmente. No verbalices y gradualmente serás capaz de sentir la belleza de la flor sin emplear la palabra. 
Realmente no es difícil; es natural.
Primero sientes y luego surge la palabra, pero estamos tan habituados a las palabras que no hay una separación. El sentimiento aparece, pero no lo has ni sentido cuando de repente surge una palabra.
Crea pues una separación; siente simplemente la belleza de la flor, pero no emplees palabras. Osho.

Hay cierta tendencia social a sobre valuar lo que es el conocimiento intelectual y su derivada, la erudición.

Al ser tan sobre estimada la condición intelectual humana, esa capacidad de pensar y razonar, todo se desequilibra, por no ser ésta la única condición que compone al ser humano, aunque sí la que lo destaca de los demás animales.

El haber enfocado todas las estrategias y estímulos para desarrollar la habilidad intelectual, desatendiendo lo demás, causó sus daños.

Así como existe la creencia de que mucho dinero hace felices a las personas, también están aquellos que creen que atiborrándose de información lo serán.

“Religiosos” y “espirituales”, los que más enferman.


Parece  contradictorio, se supone que alguien considerado religioso o espiritual goza de salud porque goza de la vida.

En la práctica esto dista mucho de lo real, sea por la forma en que se encaran las filosofías y creencias o porque resultan estos atributos muy pesados para quienes deciden portarlos .

Puede que haya una lógica detrás del fenómeno que enferma, sobretodo a creyentes de un idealismo inalcanzable.

La enfermedad es la que hace tambalear las simientes de muchas doctrinas y filosofías, las cuales demuestran abiertamente no poder dar salud a sus miembros y seguidores.

Intenciones sanas, vida sana.


En la antigüedad se condenaba a los enfermos porque se pensaba que las enfermedades eran un castigo divino por sus pensamientos o actos pecaminosos(*). De modo que si alguien enfermaba era excluido, discriminado y hasta condenado socialmente o expulsado de la comunidad.

Algo intuían las personas de la época sobre las enfermedades, pero erradamente condenaban a la persona enferma, y esta actitud, a la vez y sin lugar a dudas, causaba dolencias y/o enfermedades.

Las ideas y creencias de una época si son depuradas pueden ser útiles. Y tomando esta idea de que la enfermedad se origina en un ambiente propicio que podría ser el de pensamientos y/o actos mal intencionados, uno puede tomar la iniciativa de comenzar a detectar esos sentimientos bajos y volverse un testigo de ellos, sin condenarlos ni rechazarlos, de esta manera se puede disociar de éstos  ya que no son parte del pensamiento más consciente.

El pensamiento consciente es el que en definitiva nos da la salud y algo no menos importante, la libertad.