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La desconfianza no es un método preventivo sano.



Es común de ver que se promueva a la desconfianza como una forma de estar prevenido, pero en la práctica no resulta efectivo ni mucho menos. 

El ser desconfiado suele ser una característica más personal que una práctica inteligente. La persona desconfiada tiende a ser insegura de sí misma y no muy verás, por tanto cree, por propia proyección, que quienes le rodean comparten su “naturaleza” y desconfía. 

Lo habitual es que hasta el mismo desconfiado crónico se relaje a veces y confíe en las cosas más insólitas pero que van con su creencia, y por un raro fenómeno, terminan siendo engañados y/o traicionados. Porque si hay algo que es una constante en estas personalidades es que desconfíen de lo equivocado y confían también equivocadamente. 

Un ejército de liberación ideal.


Un título bélico apropiado para una época en que la estupidez de unos pocos afecta demasiado a muchos.

Cuando aquellos inmaduros incapaces de darse cuenta de que lo son y son casualmente los que ejercen jerarquías de poder en gobiernos o en instituciones oficiales y no tan oficiales, el mundo parece volverse conflictivo.

Pero esto se debe a que son líderes de la vieja escuela, corrompidos en sus fueros más íntimos. Ni siquiera necesita de haber un complot u organización detrás de estos personajes que aún promueven ignorantemente la guerra cómo método de “paz” o “libertad”.

Lo cierto es que esta idea tan precaria no es solamente en las altas esferas, sino que en la vida cotidiana se vive una guerra constante de unos que quieren controlar y reglar a otros, siendo ésta la manera más contraproducente y contraria del bienestar, pero con gran popularidad.

Aunque parezcan iguales son MUY diferentes.


Cuando las ideas preconcebidas toman más fuerza que el verdadero sentido, el resultado inminente es el desequilibrio y el caos.


Si se observa con atención la forma en que se conducen las personas en sociedad, es notorio observar grandes confusiones en la concepción que tienen de las cosas.

No son pocos los que confunden “autoridad” con maltrato, agresividad, abuso o autoritarismo. Ésto es muy frecuente, sobretodo, en la relación de mayores con niños. Los mayores con su acelerada vida, no se detienen a averiguar como se siente experimentar la paciencia y la contemplación y en su lugar pretenden “acomodar” a los niños a las reglas y modos de comportamiento “educando” con lo que muchos consideran autoridad, es decir, gritos, sacudones y/o cachetazos, al niño que no responde al mandato.

Comprender que la autoridad se porta como cualquier atributo, el cual se adquiere o desarrolla a partir del respeto por uno mismo y a los demás como a uno mismo. Alguien que porta este atributo difícilmente deba recurrir a los altos decibeles en la voz.

Desmitificando el celibato.


La naturaleza sexual de la raza humana derivada de la animal, cuyo instinto de supervivencia le lleva a la reproducción y en ésta la búsqueda de la evolución, parece contraponerse al celibato, una práctica sexual algo desvirtuada y malinterpretada.

Parece a propósito la interpretación del génesis que hacen algunos, así como la de muchos escritos considerados sagrados y base de diferentes dogmas “religiosos”, donde se considera a la sexualidad o al acto sexual impuro, pecaminoso y contrario a lo sagrado.

Ésta, claro está, no es una interpretación ni sana ni correcta. Dado que de existir un Dios que crease criaturas sexuadas que pone como regla de oro el no copular, aunque con “libertad” de elegir (albedrío), de seguro sería un Dios morboso y algo enfermo.

Ahora bien, la práctica del celibato es una práctica sexual pero algo diferente a las conocidas, más ésta no tiene que ver con el placer y/o la reproducción sino con la trascendencia.

Ésta práctica no se conoce entre animales, por una cuestión natural, ellos no son tan evolucionados y no cuentan con una consciencia como la de los seres humanos. Es esta consciencia la que mueve a algunos a querer trascender lo animal de modo de experimentar esa posibilidad.

No es posible embarcarse en el desafío de volverse célibe desde una visión moral, creyendo que ésto le hará más santo o elevado que otros a quienes ni siquiera les interesa hacer algo así, lo cual es totalmente válido.

Juego, risa y aventura.


Los niños suelen tener una característica no siempre bienvenida ni comprendida por los mayores y es la energía y vitalidad que tienen todo el tiempo, desde que se levantan hasta que se acuestan, salvo que sufran algún malestar, esa energía no pareciera agotarse nunca.

Es común ver como algunos centros comerciales y empresas, han creado lugares de juegos y esparcimiento para niños, también guarderías y escuelas destinan espacios físicos exclusivos para que los niños jueguen y se diviertan.

Pero ¿qué ocurre en casa?, ¿hay un lugar destinado para ellos, su energía y curiosidad?.