Un efecto conocido y reconocido emergido de la sugestión es el efecto placebo. A este efecto se lo asocia, más que nada, al ambiente de la medicina y en especial al de la farmacología.
Pero no se dice mucho del efecto nocebo, siendo que no es menos importante, ni menos frecuente.
En artículos anteriores se hizo mención a estos resultantes de la sugestión, pero dadas las circunstancias actuales, amerita retomar y/o recordar cómo funcionan, al menos para prestar algo de atención y entender cómo se perfilan algunas “realidades” dependiendo de cuál de estos fenómenos entren en juego.
La ciencia tiene bien vistos estos efectos, pero más los explotan aquellos que quieren darle una funcionalidad controlada.