Se ha comprobado que el flúor tiene la capacidad de alterar la función endocrina, sin embargo, este hecho está siendo ignorado por los organismos y asociaciones que continúan promoviendo la práctica de la fluoración del agua.
De acuerdo con un informe de 2006 por el Consejo Nacional de Investigación de las Academias Nacionales 1 , el fluoruro es "un disruptor endocrino en el sentido amplio de la alteración de la función endocrina normal".
Esta alteración de la función puede implicar la tiroides, paratiroides y glándulas pineal, así como sus glándulas suprarrenales, el páncreas y la hipófisis.
La glándula tiroides y sus hormonas asociadas son responsables de mantener la tasa metabólica del cuerpo en general, y para la regulación del crecimiento y desarrollo normales. Como todas las células metabólicamente activas requieren la hormona tiroidea para el correcto funcionamiento, la alteración de este sistema puede tener una amplia gama de efectos en prácticamente todos los sistemas de su cuerpo. La disfunción tiroidea es considerada entre las más frecuentes de las enfermedades endocrinas en los Estados Unidos.