El modus operandi de los Gobiernos y sus integrantes, enferman.


No es para nada original la temática, al ser tan notoria la situación de los gobiernos, los cuales dejan mucho que desear, tanto en sus altas esferas como en las más bajas.

Los gobiernos del mundo se encuentran, quieran o no quieran, muy impregnados de dos atributos dominantes, la economía y el ego.

Lamentablemente, hemos llegado al punto en el que los dirigentes políticos (salvo raras excepciones) resaltan en sus personas la idiosincrasia de un pueblo que los sostiene. Decimos, lamentablemente, porque este hecho denota que la solución (de haberla) no es tan simple. Porque para solucionar a los gobiernos hay que necesariamente solucionar la mentalidad de un pueblo o al menos, la de la mayoría.

En muchos países democráticos (democracia representativa), la raíz del problema radica en como están planteados los sistemas políticos, tienen una manera muy fácil de enviciar, dado que dependen de partidos políticos donde, internamente, tienen manejos bastante decadentes de juegos de intereses, poder y acomodo, y a la vez, el éxito de estas instituciones depende netamente del poder económico (para comprar voluntades(*)) con el que cuentan.

Aunque los gobiernos son algo más que política y políticos, dado que están compuestos por un amplio espectro de personas que “cumplen” con su trabajo, y encierran variadas facetas de una misma cosa, desde aquellos que conservan su sentido de servicio, hasta los que pretenden, desde sus puestos, beneficios extras y trato especial (algunos mejor disfrazados que otros).

Como uno de los aspectos más enfermantes de los gobiernos de hoy día vamos a resaltar a sus sistemas de recaudación.
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 Los gobiernos han confundido su razón de ser y su identidad, pasando de una entidad al servicio del pueblo a una que lo persigue como delincuente, le exige (los derechos económicos por el bien de todos) y a la vez, no le brinda mucho a cambio.
Con artilugios, copiados y re-copiados entre gobiernos de diferentes países han logrado salirse con la suya, y esto es, hacer creer a las personas que están obligadas a mantenerles con su trabajo y su dinero porque si, o mejor, porque así lo dicta la ley, desconociendo por completo las obligaciones de los gobiernos para con sus pueblos (instamos a leer las Constituciones nacionales).

Los gobiernos se han dedicado este último tiempo a generar legislación que les sostenga, siempre disfrazada de “beneficios” (seguridad, equidad, educación, salud, soberanía y redistribución de ingresos).

Por esto, actualmente nos encontramos frente a un ente parásito que se alimenta del dinero, pero por sobretodo, de la energía del pueblo, que debe trabajar para un grupo cada vez menos reducido, de personas incapaces de brindar nada creativo o productivo. Este tipo de personas que buscan sostenerse como sea en un modo de vida que consideran privilegiado.
Y en esta parte entraremos en por qué es el pueblo el que les sostiene, y se debe a que los ciudadanos piensan igual que sus gobernantes, creen firmemente que hay una institucionalidad que sostener, y pese a que tildan de corruptos a sus gobernantes, les creen en una posición de privilegio, por ser unos auténticos inútiles que deben vivir de la creatividad y productividad ajena.

Esta situación conforma un círculo vicioso, donde el pueblo paga para que les persigan con exigencias y obligaciones que no son retribuidas por sus gobiernos.
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No dejaremos de lado el otro aspecto muy firmemente marcado en algunas (muchas) personas, y es la de no dar nada si no se lo quitan por ley.
Este tipo de personas son responsables de que existan leyes que recaigan sobre otros que no necesitan de ser obligados.

En sí, la ideología reinante es la que crea este estado de gobiernos y pueblos dominados por la sensación de escasez y egoísmo para la diferenciación por categorías económicas o de estatus social.

Descontando aquellas situaciones que rayan la infrahumanidad que han generado algunos depravados que descubrieron como manipular (y no se privan de hacerlo) como si de delfín de estanque se tratase, a personas bajas en todo sentido. Bajas de entendimiento, bajas de autoestima, bajas de sentimientos. Y en esto no sólo entran las instituciones de gobiernos, sino también empresarios, instituciones varias, y personas en general.

Otro grave aspecto que resaltan los gobiernos todos, es el de la división de los habitantes del mundo.
Por algún artilugio un tanto ridículo han logrado desarrollar un sentimiento tan artificial como destructivo, como lo es el patriotismo. Una especie de pseudo-amor al sector geográfico circunscrito por una línea políticamente diseñada.
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Resulta un misterio como el satélite (G) detecta los límites políticos.
Y aunque ridículo, muy bien implantado en la mente de las personas que dentro de su currículum vitae incluyen como característica personal su nacion-alidad.
Es el gran precursor de las guerras del mundo, de la discriminación, de la falta de libertad para movernos libremente de aquí para allá, del "derecho" a morir de hambre por pertenecer a un país de economía pobre, o al "derecho" de ser espiado en la intimidad por pertenecer a un país rico envidiado por el resto.

Quien sea que haya inventado el patriotismo, decididamente debe haber sido alguien merecedor de tratamiento psiquiátrico intensivo.

Se necesita de un cambio radical en el pensamiento que deje de sostener ideas enfermas que dictan cómo se debe vivir según reglas que han demostrado ser totalmente contrarias a la naturaleza, y lejos de beneficiar crean caos y perjudican, inventadas adrede, por algunos que saben que esa es la manera en la que se sostienen.

La gran pregunta es: ¿qué ocurriría con los gobernantes, jueces, policías, jerarcas “religiosos”, etc. si las personas aprendieran a convivir en paz?.

La miseria de la gente sostiene las instituciones de gobierno y de control, y no nacerá desde estos últimos  el solucionarlo porque eso implica su desaparición. Y el temor a desaparecer es uno de los precursores más grandes del caos y el malvivir. El sentido de la supervivencia entra en juego, y ya no tiene que ver con la vida, sino con el haberse identificado con un tipo de vida (aunque miserable e indigna)no quieren que se termine.

Y si algunos creen ver que la miseria está siendo estimulada desde gobiernos en forma masiva, gracias a los medios de comunicación, ya pueden entender por qué.

Muchas personas, hace tiempo, descubrieron el rol que les cabe, por eso, con su trabajo gratuito conformaron organizaciones que cumplen la función que debieran cumplir sus gobiernos. Otras, simplemente brindan lo más que pueden de sí en lo que sea que hagan. Otras comparten conocimiento, otras brindan una mano cada vez que pueden, otras idean cosas que mejoren algo, otras tratan de ser mejores personas cada día, otras reconocieron su ignorancia abriendo la posibilidad al conocimiento, y así, seremos individualmente y masivamente, el cambio que queremos ver en el mundo.

(*) Invierten grandes sumas de dinero, usualmente aportado por corporaciones (inversión que recuperan durante la gobernación del/los endeudado/s), en publicidad y propaganda en medios masivos de comunicación.


Como dijo el no tan soñador: John Lennon:

Imagine all the people
Living for today...
Imagine there's no countries
It isn't hard to do
Nothing to kill or die for
And no religion too
Imagine all the people
Living life in peace...

Imagina a toda la gente
viviendo el hoy...
Imagina que no hay países
no es difícil de hacer
nadie por quien matar o morir
ni tampoco religión
imagina a toda la gente
viviendo la vida en paz... 


1 comentario:

  1. Increiblemente cierto, pero aunque sea algo malo es necesario en parte, personalmente si se reducen los impuestos todo el mundo podria pagarlos. Pero lo principal es que el gobierno no sea de corruptos y de verdad tengan ganas de ayudar al pueblo no de vivir de el.

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