Azúcar, uno de los “alimentos” más comunes de alto consumo diario,
pasa de inadvertido día tras día, colándose en la mayoría de las cosas
consumidas.
Los niños son saturados de azúcares en actividades de
diversión y entretenimiento como cumpleaños, donde el menú consta de
comida rápida, tortas, dulces, bebidas gaseosas y de remate, las famosas
sorpresitas.
El
azúcar se ha impuesto en nuestra vida de una manera rotunda que cuesta y
costará erradicarla, pero es algo que es necesario hacer, por los
motivos que se cuentan a continuación.
Es común encontrarse con
mensajes supuestamente saludables en los medios de comunicación que
llaman a disminuir el consumo de sal, pero nada se dice del tan preciado
azúcar.
El azúcar de mesa es glucosa y fructosa. Estos
componentes son metabolizados por el cuerpo de manera diferente, el
primero es absorbido, casi en su totalidad, por los órganos y el resto
almacenado en el hígado. La glucosa puede ser convertida en energía para
las células con la ayuda de la insulina. En cambio, la fructosa es
metabolizada completamente en el hígado, lo cual conlleva a un desgaste
de éste por un lado y por otro a la generación de residuos como el ácido
úrico el cuál inhibe al componente regulador de la presión arterial, de
esta manera puede causar hipertensión arterial.