Es parte de la creencia popular el pensar que todas las vacunas son buenas, que salvan a las personas de la muerte y de enfermedades dramáticas, como en aquellas historias que nos cuentan sobre enfermedades erradicadas en viejas épocas.
La cosa es, que hoy
día el mundo ha cambiado, y el interés humanitario con el que se solían
hacer las cosas antaño ha sufrido algunos cambios desde que la llamada
corpocracia se puso al frente de la “salud” en muchas regiones del
mundo, sobretodo en las más potentadas.
No es casual que hayan
surgido diferentes organizaciones alrededor del mundo llamando a las
personas a evaluar con sentido común las nuevas vacunas, su origen y
verdadero motivo.
Siendo que los cambios no vendrán solos desde
los sistemas de “salud”, ya que están altamente influenciados por la
economía mercantilista. Donde los profesionales de la salud deben lidiar, al igual que
todos, con él. Llegando a ser víctimas de algo que se está tragando a
muchas almas.
Como responsables de nuestras vidas y como
habitantes responsables de un mundo que depende en mayor parte de
nuestras decisiones individuales, va siendo hora de que más personas
emprendan esta marcha individual de valores humanos.
La vida, la felicidad y la salud deben prevalecer por sobre la ambición de éxitos económicos.