Entendiendo como confort el bienestar brindado, básicamente, por una condición material, se presenta el siguiente escrito:
La frase que titula este artículo suele usarse como consejo para quienes, por estar beneficiados por la situación de confort, no toman riesgos, no ayudan a otros o no se aventuran en experiencias nuevas.
Un consejo que se torna un poco ambiguo cuando se analiza fríamente.
Si la zona de confort fuera tal, digamos, fuera un real bienestar, sinceramente no le encuentro la razón de salir de ésta. ¿Quién le aconsejaría a alguien que se alejase de su bienestar verdadero una vez conseguido?, ¿qué bien le haría a ese alguien o a alguien más?.
Aquí es donde llegamos a la conclusión de que el confort no necesariamente significa bienestar, al menos no eterno o permanente. Puede, a lo sumo, significar una tranquilidad pasajera de no tener que preocuparse por cuestiones materiales, pero, al parecer, las personas somos algo más complejas que eso.
El confort es un bien preciado inventado por la sociedad, de cuya falsedad no se toma consciencia hasta que se lo obtiene. Una vez que se está en la zona considerada de confort pueden ocurrir varias cosas. La principal es la sensación de comodidad que se parece mucho a la muerte y la terrible sospecha de haber sido engañado.
Alcanzar la zona de confort puede significar un duro sacrificio para algunos que, aunque se sientan decepcionados e infelices al haberlo conseguido, seguirán ahí por lo difícil que fue “llegar” y simplemente les aterroriza pensar en perder eso que, de seguro, les matará en vida.
“Espero que todos puedan volverse ricos y famosos y tener todo lo que soñaron, para que se den cuenta de que esa no es la respuesta.” Jim Carrey
Como humanos solemos depositar nuestras expectativas de bienestar y felicidad en lo que no tenemos o en lo que no somos y cuando lo conseguimos caemos en la cuenta de que el bienestar tampoco estaba ahí. Como una especie de auto-engaño infantil.
Lo cierto es que,
la frase “abandonar la zona de confort” como buen consejo de
superación no es real, si lo es decir “salir de la zona de la
propia insatisfacción”, “de la zona de miedo al fracaso”, “de
la zona de dejadez”, etc.
Porque puede
ocurrir que quien interprete este consejo como un sacrificio, porque
simplemente cree en el confort como una condición de bienestar real,
cometa el grave error de sacrificar su bienestar por algo que ni
siquiera le interesa.
El bienestar de
ninguna manera puede significar un sacrificio ni puede encararse con
miedo. El bienestar ES una decisión personal en el PRESENTE en el
que se vive.
Así como el
confort no significa bienestar tampoco el bienestar significa
confort, sino la independencia de éste último. Es decir, la persona
que se define por su bienestar será indiferente a las condiciones
materiales.
Salud!
“Las
circunstancias no importan, el estado de ser importa”. Bashar.
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