¿Irrealidad o realidad diferente?.



A veces me pregunto qué sentirían Jorge Luis Borges, Julio Verne, Richard Bach, entre otros, cuando imaginaban y vivenciaban sus relatos.
Sus mentes iban siendo cargadas de imágenes fantásticas, personajes maravillosos, emociones emergidas de la empatía con esos personajes.

Evidentemente hay un mundo potencial y expansivo de la consciencia en la imaginación, un mundo algo menospreciado y poco estimulado.

Muchos, por no decir todos, debemos haber sido foco de llamamientos a la “realidad” cuando el rostro comenzaba a dar muestra de felicidad y disfrute en esos vuelos en mundos y situaciones fantásticas.

El mundo que vive en nuestra imaginación debe ser atendido y explotado, por el simple hecho de que es parte nuestra, nos completa y vuelve multidimensionales. Somos capaces de vivir en muchos mundos y de generar gran deleite y satisfacción en esos momentos.

Hay quienes tienen muy desarrollado este aspecto, son muy imaginativos y suelen reflejar eso en el arte, algo que nos deleita a todos, porque nace de mundos no reales, de mundos fantásticos imposible de encontrar en otro lugar.

Al igual que tantas otras cuestiones, la imaginación debe guardar un equilibrio y convivir con la realidad, siendo que no es sano para aquel que se enamora de sus mundos imaginados y desprecia lo que el otro mundo le brinda.

Lamentablemente, muchas veces, lo imaginado está influenciado por imágenes y deseos impuestos por arquetipos, estereotipos y modelos ajenos o disociados con la persona, sin embargo ésta cree fuertemente en que le son genuinos, lo que deriva muchas veces en frustración al salir de lo imaginado y descubrir que nada tienen que ver con su vida y formas de ser.


Lo maravilloso de la imaginación es el poder disfrutar de ella y dejarla ir, usarla voluntariamente para darse momentos de deleite y si puede ser reflejada de alguna manera, hacerlo, si así se desea, o simplemente quedarse con ella en el recuerdo de lo vivido de una manera distinta, pero vivido al fin.

Grandes se vuelven aquellos que no desprecian ni minimizan ninguno de estos aspectos de la mente, sino que se animan a usar ambos en pos de su propio bienestar.






Salud.


"En un noventa y nueve por ciento, el ser humano es irracional, y es a través de su irracionalidad que existe todo lo bello en el mundo. Por la razón, las matemáticas; por la no-razón, la poesía. Por la razón, la ciencia; por la no-razón, la religión. Por la razón, el mercado, el dinero, las rupias, los pesos, los dólares; por la no-razón, el amor, el canto, la danza. No, está bien que el ser humano no sea un ser racional. Es irracional.
Muchas veces se ha intentado llegar a una definición. Yo diría que el ser humano es un animal generador de cuentos. Crea mitos, y todos los mitos son cuentos, puranas. Crea religiones, mitos, historias sobre la existencia. Desde el inicio mismo de la humanidad, el ser humano ha creado bellas mitologías. Ha creado a Dios. Ha creado a un Dios que ha creado el mundo. El ser humano teje, y continuamente está tejiendo nuevos mitos. Es un animal que crea mitos; y sin mitos, la vida resultaría absolutamente aburridora." OSHO.


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