Un parto peculiar.


Una beba que tuvo el inmenso placer de nacer directamente en los brazos de su madre.

Verdad que no es fácil hacerse a la idea. 
Se conocieron casos de partos atendidos por taxistas, policías, bomberos, padres, etc, debido a que la urgencia así lo requería.

Personalmente, nunca había oído una historia como la de esta bebé.

Llegó con su mamá a la clínica donde estaba definido su nacimiento. Una vez internadas, estuvieron en la habitación hasta que parecía llegar el momento del parto.

Así fue como mamá le dijo a papá que buscara al médico porque todo parecía ocurrir muy rápidamente y debían trasladarse a la sala de partos.
Mientras papá avisaba al médico, mamá descubrió que la pequeña no esperaría, así fue como ambas definieron hacer las cosas solas, sin esperar la ayuda de nadie más.Mamá pudo tocar la cabeza y hacer una fuerza con la cual asomó la carita, una segunda fuerza y ya estaba afuera, sin demoras en los brazos de mamá.

Cuando papá volvió a la habitación, ya estaban ambas esperándolo.

No es necesario dar demasiados datos de los protagonistas de esta anécdota, alcanza con capturar la esencia de lo que ésto significa.

Es muy común, en algunas sociedades, ver a mujeres temerosas de lo que pueda ocurrirles en el momento del parto. El cine ha sembrado imágenes horribles de dolor y padecimiento con escenas realmente exageradas y llenas de imprudentes consejos.

Es momento de recobrar la sensatez y el sentido de la naturaleza que se expresa sin resistencia.
El proceso de parto conlleva, salvo en algunas no tan raras excepciones, dolores.
Pero de nada sirve temer y tratar de huir a este hecho con artilugios como la famosa peridural o la cesárea, sin saber de antemano cuán doloroso pueda ser, o si se trata de ese dolor orgásmico del que hablan algunos.

No es saludable, para una mujer, dejarse influenciar por ideas morbosas y experiencias traumáticas de mujeres que no supieron ni pudieron vivenciar su parto lleno de emociones encontradas, placer y dolor entrelazados.

Lo mejor que puede hacer la futura mamá es desear fuertemente la experiencia, la lucidez del momento en que aparece delante de los ojos humedecidos ese ser carmesí con su piel arrugada y el pelo pegajoso esperando a que alguien lo acepte con su impresentable look.

Tanto aquellas mujeres que sintieron el impulso de ser madres como aquellas que se encontraron inesperadamente con la experiencia, pueden decidir sensatamente practicar la despreocupación y diseñar un ambiente feliz donde vivir el embarazo, asegurando que las emociones transmitidas sean las más saludables para el feto. 

Puede ocurrir que las hormonas alteren las emociones generando inestabilidad emocional, híperemotividad o tristeza, si es el caso, con más razón, ponerse firme, enfrentar los convincentes motivos de tristeza y desbaratarlos. Y crear, literalmente, los motivos de felicidad, alegría y gratitud.

Cuantas más mujeres amen a sus hijos por nacer y les brinden el ambiente que les hagan sentir las posibilidades de experimentar lo bello en la vida, con música armónica, acariciando el vientre, hablándoles y buscando conocerles precozmente, de seguro, incubarán un nuevo sentir que abarcará a ambos, que desearán profundamente encontrarse plenos de sentidos en el momento del nacimiento, y las probabilidades de un mundo más humano serán mayores por el bien de todos.


Salud!.

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